Los datos que datos que son compartidos por los expertos en nutrición, son cada vez más claros en demostrar que un consumo en exceso de azúcar es un factor de riesgo para desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles. En ese sentido, este es un asunto que también repercute en el modo en que se sostienen las dietas para bajar de peso.
Cambiar los procesados por productos frescos
En la mayoría de los casos, los productos que son procesados suelen incluir azúcar en su composición. En este caso se pueden considerar elementos como la caña, azúcar simple, coco, miel, entre otros. De todos modos, también hay azúcares añadidos que son nocivas.
Pensando en todo lo anterior, la invitación por parte de los expertos, es que los alimentos procesados sean reemplazados por productos frescos, considerando, tan sólo para dar un ejemplo, que si se quiere consumir un producto que ofrezca un sabor dulce, vale la pena intentarlo con una fruta.
Evitar los engaños en las etiquetas
La industria alimentaria en muchos casos hace uso de eufemismos o emplea palabras que no indica necesariamente que se trata de azúcar, cuando en realidad ahí derivados muy similares. En ese sentido, se suelen utilizar variantes del azúcar que van a tener un efecto muy similar en el cuerpo, pero cuyo nombre es distinto.
En ese sentido, la recomendación para los consumidores, es no dejarse engañar por las etiquetas y hacer un estudio muy cuidadoso de cada uno de los ingredientes que hacen parte de los productos que se van a consumir.
Comer en menor cantidad para bajar el consumo de azúcar
Las investigaciones y observaciones son claras en destacar que cuando se come en menor cantidad la probabilidad de una ingesta diaria de azúcar alta se reduce. Teniendo en cuenta que este proceso no es tan sencillo como suena, se pueden aplicar distintas estrategias como los desayunos intermitentes, pesar la comida, entre otros.
Saber en qué momento consumir azúcar
Más allá de todo lo anterior, el azúcar no deja de ser un nutriente. Ahora bien, su función es principalmente energética, por ende, en los momentos en que se requiere de este tipo de efecto, es válido su consumo.
En algunos casos, el azúcar se puede incorporar de muy buena manera para la mejora el rendimiento deportivo o para prevenir la aparición de la fatiga. En conclusión, hay que elaborar estrategias que en verdad encajen con los objetivos nutricionales y de salud.