Sin importar que se trate de las dietas paleo, dietas con batidos o cualquier otro tipo de plan alimenticio para el control del peso, lo más importante para garantizar el éxito en este tipo de situaciones, es garantizar que la persona aprenda a comer y a tomar decisiones alimenticias.
En caso que usted no sea capaz en el momento de comer sin excederse, le proponemos en este artículo que aplique algunos de los mejores trucos para evitar la ansiedad por la comida y que por esa misma razón no rompa con su dieta o pueda seleccionar de un modo más pertinente sus alimentos.
Trucos para evitar la ansiedad por la comida
“Beber su comida”
De acuerdo con una parte importante de los nutricionistas, es clave masticar bien la comida, incluso hasta llegar el punto en que se la pueda beber, anotando que en ocasiones vale la pena masticar las bebidas para garantizar que se encuentren en este estado.
Tenga en cuenta que con la producción de saliva no se consigue únicamente una digestión más adecuada de los alimentos, sino que la sensación de saciedad se alcanza con mayor facilidad y la persona va a tender a comer en una cantidad menor.
Con lo anterior, la recomendación es que se mastique muy bien cada alimento, aunque este es un truco que aplica de una manera muy especial con los carbohidratos (pizza, galleta, patata, pan, pasta, etc.) pues son los que van a empezar a ser digeridos en la boca.
Comer sin distracciones y sin prisa
Cuando una persona toma la decisión de masticar lo mejor posible su comida también lo hará con más lentitud y de este modo se reduce la cantidad para sentirse satisfecho. Recuerde que para poder sentirse saciado el cuerpo requiere de entre 15 a 20 minutos, por lo que es muy importante comer en este tiempo.
Igualmente, se aconseja evitar las distracciones, como lo puede ser una conversación relevante o ver la televisión, pues se puede llegar a un punto en el que se come sin pensar o por nerviosismo.
Cuidarse de los aditivos
Hay que tener en cuenta que existen algunos aditivos que por sus características van a alterar la capacidad de control sobre la comida, en donde por ejemplo se destaca el caso del glutamato monosódico.
Tenga en cuenta que con el ejemplo anterior, hacemos referencia un aditivo que potencia el sabor, pero que también aumenta el apetito de un modo artificial.